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viernes, 15 de diciembre de 2017

HASTA EL AÑO QUE VIENE

Despedimos este año 2017 agradeciendo sus gentilezas por haber leído mis escritos, publicaciones que he hecho pensando en ofrecerles algo de mi creación literaria, les pido disculpas por si alguno haya sentido que ha sido ofendido en algunos de ellos, cuestión que jamás se hace a propósito, simplemente expongo mis ideas y mi instrumento es la palabra, en eso consiste ser escritor, corriendo riesgos y siendo audaz al hacerlo. Quiero desearles de todo corazón una Navidad llena de esperanza y de Fe, no la debemos perder nunca, alejen el pesimismo y la desesperanza, abracemos el amor de Cristo, y sostengamos a pesar de los pesares, la convicción de que pronto vendrá la Luz a nuestra querida Venezuela. FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO 2018 LLENO DE CAMBIOS POSITIVOS. Aquí les dejo el último regalo del año. Nos vemos cuídense mucho. Se les quiere






NAVIDAD DE SIEMPRE





Se mueven las nubes mullidas,
En el cielo esplendoroso
Se ha ido noviembre de huída,
Llega la luna cándida y blanca
A regalarnos su Luz,
Se muestra encantada de ser amada
Por poetas y amantes,
Cruzando palabras llenas de amor.
A lo lejos se acerca
Una estrella esperanza,
Viene en su viaje mirando a la Tierra,
La acompañan ángeles ansiosos
De ver a un niño precioso
Que ha nacido en el corazón de todos.
Misterio eterno su vida es,
Pues nace y renace
En aquél que lo quiere ver.
Los hijos repiten su canto de amor,
Los padres, los niños, ancianos y yo,
Escuchamos extasiados
Sus palabras de amor,
Se oye el clamor de los luceros,
Alegría, aleluyas y palmas
Invaden presurosas las almas
Pues la Navidad Hermanos,
Es amar Y amar
Sin cesantías,
A todos sin mezquindad,
Regalemos abrazos,
Sonrisas y besos
En nombre del Niño,
Que nos lo agradecerá
Por los siglos de los siglos.

ALI HERNÁNDEZ ABRAHAN

MICRO-RELATOS ¿HOMBRE O MUJER? (13)

                                                                                    




Abrió la ventana. Aspiró profundamente el aire fresco que le llegaba del parque boscoso cercano a su casa. Admiró el paisaje pensando, una extraña sonrisa se esbozaba en su rostro. Sus ojos se humedecieron tímidamente. Alegrías y tristezas se entremezclaban  en sucesivas imágenes de un pasado no lejano. Sus padres recientemente muertos, sus hermanos igualmente fallecidos, su matrimonio acabado. Pero su fe en Dios era profunda. No en vano asistía todos los domingos religiosamente a misa. Un escalofrío placentero recorría su espalda. Volteándose de manera pausada, observó cuidadosamente su habitación. Pulcramente ordenada. Buscaba los porta retratos de sus amores, sus hijos, sus tesoros, su razón de existencia; ya todos bien casados, felices, al igual que sus nietos, que eran el renacer de su vida. Adelantó unos pasos acercándose a la gaveta de su escritorio. La madera lustrosa, con ese olor característico de su noble materia fina. Tomó la perilla de bronce y haló lentamente el cajón. Ahí estaba el revólver calibre 38, herencia de su pareja. La policía encontró una carta a su lado que decía: “Les deseo Feliz Navidad”.



ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

MICRO-RELATOS SILENCIO (12)

    






       






Ese día había decidido decirle todo. Celestino tenía años sin ver a su padre. Lo extrañaba profundamente. Su niñez estuvo signada por el espíritu autoritario, rígido y ácido de su progenitor, que desafortunadamente utilizaba las mismas reglas, muecas y alaridos de su abuelo. Se podría decir que era una tradición familiar. Pero llegó el momento tanto tiempo postergado. Celestino había logrado vencer su escurridizo temor. En su corazón existía una mezcla de amor reverencial con una rabia sin curar que lo atormentaba desde que se hizo hombre y pudo recapacitar sobre su extraña y peculiar relación filial. No era fácil enfrentarse a su padre. Aunque  permaneciera quieto e indiferente, saber que su padre estaba allí, posiblemente escuchándolo con atención, para Celestino era suficiente.”Papá, viejo querido, hoy, después de tanto tiempo, vengo a arreglar las cosas contigo”-se atrevió a comenzar la charla, temeroso  que le contestara. “Quiero que me perdones por no haber venido antes”- dijo vacilante, cuidadosamente escrupuloso- “Fuiste siempre un tirano, un dictador cruel que no tuvo piedad de mis sueños”- sus manos temblaban, entre el miedo y la ira.-Prosiguió sus palabras sintiéndose más corajudo-“Eras el verdugo de mis esperanzas, cortaste cuando pudiste todas mis ilusiones. A mamá la trataste como una esclava, en realidad, nunca la amaste”- Celestino aprovechó el silencio, el mutismo sorprendente del cual solo son capaces las piedras. Respiró profundo, había sacado todo ese veneno que por años lo estaba matando poco a poco, sigilosamente en sus entrañas.- Celestino, arrodillado sobre la lápida, se levantó pausadamente y escupiendo la tumba, salió triste del cementerio.



ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

jueves, 14 de diciembre de 2017

MICRO-RELATOS DON JUAN KANT (11)

    




  



No sé porqué mi mamá cree que necesito pareja, no es que me desagrade que de vez en cuando invite a una féminas a pasar unos días conmigo. Creo que ella es muy liberal. Dejarme allí a solas con esa figura atractiva, sin ningún tipo de límites, enloqueciendo con su olor a hormonas a flor de piel. A veces me enloquecen, se ponen bruscas, me reclaman mi impetuosidad, a veces gritan, no sé si de dolor o de placer, ambos gestos me confunden, no quieren despegarse de mí virilidad, son apasionadas. Lo malo es que jamás las vuelvo a ver, no sé por qué. Esta vida de perro semental me tiene harto.



ALI HERNÁNDEZ ABRAHAN

MICRO-RELATOS (10) AMOROSAMENTE FIEL


        


“Mi amor, ¿tú me quieres?- insistía la mujer obsesivamente enamorada. Él la miraba. “Pero mi vida ¿Por qué me lo preguntas? Le preguntaba angustiado y lleno de miedo. Los ojos de su amado brillaban, un gesto de asombro se dibujaba en su cara. “¡Necesito me lo digas mi cielo!”- insistía ella vehementemente. Él se esforzaba, pero no podía, trataba de complacerla. La amaba tanto que no quería preocuparla. “¡Dime que me quieres solo a mí!”- le insistía. “Por favor mi cielo, sácame la daga, Jamás te he sido infiel” dijo resignado. Murió de celos. Diagnosticó sorprendido el forense.


ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

domingo, 10 de diciembre de 2017

MICRO-RELATOS-(9) JORNADA DIVINA

           





Era su rutina diaria antes de salir a su peculiar trabajo. Anderson era un tipo joven que le gustaba comenzar su jornada laboral de manera metódica, convencido que así, a pesar de todo, mantenía la protección divina. Se colocaba en  su cuello un hermoso Rosario que le regaló su novia Yuzmary. Lo hacía ceremoniosamente. Lo besaba tres veces invocando a las tres divinas personas. Se santiguaba frente a la imagen de la Virgen de Chiquínquira; la tocaba levemente con su mano izquierda, como para no contaminarla, y con la derecha cubría su corazón que palpitaba aceleradamente con la adrenalina, que comenzaba a fluir ante la aproximación de la aventura; pidiéndole perdón de antemano por sus debilidades y pecados. Invocaba su protección divina.

Salía a su trabajo lleno de fe y esperanza para traer comida a su casa. Anderson se montó en su moto, con todo el rigor profesional. Su caballo de acero, era de aspecto imponentemente policial, e inició la inspección y vigilancia de su zona. “Alto ahí”- gritó amenazador, sacando su 9 milímetro, dejando sorprendido a su víctima. “Deme el celular o lo quemo”-sentenció.




ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

sábado, 9 de diciembre de 2017

MICRO-RELATOS (8) INCESTO

    


Su mamá había enviudado muy joven, y él también lo era cuando su papá murió. La viuda era bella, pero se la pasaba inconsolable, pues no podía romper la promesa de no amar a otro hombre sino a su difunto y recordado esposo. Pero Yokasta, todos los días observaba su cuerpo hermoso en el espejo de su cuarto. Le angustiaba como poco a poco se iba marchitando. Pero a pesar de todo aún provocaba miradas morbosas a su alrededor. Un día entró él como acostumbraba a la habitación de su mamá, y la vio desnuda, tendida en su lecho matrimonial, con todo su esplendoroso sexo. Le causó curiosidad y se acercó. Ella estaba embriagada, sus ojos lagrimeaban lujuriosos. Lo agarró sorpresivamente y lo llevó hacia su torso ardiente, acariciándolo incesantemente entre sus partes. Tomó su órgano e imaginó que estaba con su esposo y le hizo el amor segura de no haber roto su promesa. Al final, se dio cuenta de su locura y sin pensarlo lo arrojó al piso sin compasión gritándole desesperada: “¡Perro! ¡Vete al patio y no entres más en mi vientre!”


ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

sábado, 2 de diciembre de 2017

MICRO-RELATOS (7) LENGUA PLACENTERA.



Al fin descanso, todo el día moviéndome de aquí para allá. Metiendo mi nariz en todo. Inspeccionándolo todo, queriendo estar seguro de que toda vaya bien y esté en orden. Sé que a ella le causa placer. Le gusta, me lo reclama que lo haga siempre. Llevo años haciéndolo, y gracias a eso me gano mi puesto en su corazón, con el sudor de mi lengua. Ella siempre está pendiente de mí, pues soy un amante empedernido y además soltero. logrando muchas ventajas, pues soy libre de recibir caricias de muchas, sin problemas de celos. Tengo una vida casi perfecta, lo único que no me gusta es cuando me nombran, detesto el nombre con que me bautizaron, y mi mamá grita todas las mañanas:”Blakie cariño, mueve tu colita para que vengas a comer” y salgo intempestivamente corriendo a lamerle sus manos con mi lengua larga y sudada que tanto le gusta. 

ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

MICRO-RELATOS (6) El SECRETO

                                                       










No lo podía evitar, era algo superior a él. El placer era tanto y tanta la excitación que le producía. Desde niño no podía entenderlo. Su virilidad se manifestaba ardiente al verla. Sus ojos verdes lo complacían, tocaba su piel suave, sedosa, mientras ella gemía de placer. Sus dedos se deslizaban a sus racimos de carne, llenos de leche materna, envidiaba su criatura lactando, quería ser él quien lo hiciera, succionar su esencia femenina. Michel era su amor prohibido, su tesoro escondido. “¡Mi amor!” –gritó su esposa desde la cocina. “¡Deja a esa gata tranquila que está parida!”.


ALI HERNÁNDEZ ABRAHAN