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jueves, 31 de mayo de 2018

Micro-relato: DIVORCIO INEVITABLE



Ella lo miró de soslayo, como si no existiera. Lo había amado desde su adolescencia y todavía lo amaba demasiado. Sus labios disfrutaban plenamente su contacto sensual, completamente orgásmico, era una delicia sentirlo, tantos años de complicidad en los momentos de angustia, de ansiedad, él sabía cómo calmar y aplacar su estrés. Así pensaba Paulina, una mujer de temple, con un carácter envidiable por sus congéneres. Siempre lograba lo que se proponía, lástima que con él siempre fue débil, muchas veces trató de dejarlo,  a veces por poco tiempo, pero apenas olía su perfume, doblegaba su férrea voluntad y caía nuevamente, dócil y sumisa a sus encantos.

Romper con él después de 40 años de convivencia le parecía una misión imposible. Un compañero que sería muy difícil de sustituir;  pero sabía que esa relación comenzaba a ser peligrosa. Lo que él le ofrecía, aunque era placentero, al final tendría sus consecuencias. Sus padres se lo habían advertido, sus amigos íntimos también, pero la atracción entre ambos, según ella, era de un magnetismo insuperable, se complementaban, era su obsesión, no podía estar sin él, ese gran amor tenía que terminar, ella  lo sabía, la estaba envejeciendo por culpa de sus encantos ocultos, 40 años de idilio demencial que hacían mella en su cuerpo.

Paulina tosió de nuevo, aspiró profundamente, exhaló el humo espeso y gris, viendo como se disipaba lentamente formando siluetas de muerte que la aterrorizaban. Carraspeó, luego escupió sangre, y no pudo evitar entre lágrimas, contener un sollozo violento que irrumpió el silencio de la sala de espera. Tomó aire, suspiró profundamente. Decidida, rompió drásticamente con esa unión idílica que la llevaría a la muerte sino lo lograba. Con sus dedos amarillentos estrujó de manera implacable contra aquél cenicero de piedra a su último cigarrillo, comprendiendo definitivamente que, su divorcio con él, era inevitable.


Alí Hernández Abrahan