El amor es y será siempre el motor del espíritu humano, es el único sentimiento verdadero que trasciende sin que podamos evitarlo, viene, se presenta cuando menos lo esperamos, hombres y mujeres sufrimos a veces por no saber comprenderlo. Cada etapa de la vida tiene su amor especial, tiene su sentir distinto, pero todos son inolvidables, el primer amor de nuestras vidas, aquél que se presentó inmaduro, voluntarioso, impredecible, que nos hizo saber que teníamos corazón y que llenó nuestras noches con sueños de vida y candor sin límites, pero que por alguna circunstancia no llegó a cristalizarse, esa mujer o ese hombre estaban en nuestras mentes pero no en sus corazones. Fue ese amor el que tal vez se robó un beso al sentimiento equivocado, uno amaba, el otro sólo quería. Mirábamos de lejos aquél ser que pertubó nuestro espíritu, y nos conformábamos solo con su recuerdo, sin poder decirle cuánto los amábamos.
A ese amor que nunca llegó, a ese ser que que sin saberlo logró llenar de fantasía nuestros deseos, le escribí hace mucho tiempo, cuando la inmadurez impulsaba mis sentimientos, un poema que ahora les muestro, y que títule:
AQUÍ
Aquí estoy,
dentro del cuerpo aprisionado
que me sujeta al aire que respiro,
sin darme cuenta que suspiro
por tu cuerpo y por tus besos.
Aquí estoy,
sólo con mi pluma,
esperando olvidarte
para no sufrir mi amor efímero
que quiere disiparse lentamente
como la espuma blanca que arraigada
en la fina arena
espera agonizante que otra la sustituya.
Aquí estoy,
frente a tu imagen,
recordando tus labios dulces
que pronunciaron
las palabras del anhelo musitado
de mis sueños en las noches
solitarias y perdidas.
Aquí estás,
dentro de mí,
de mi infinita inconsciencia
que aún añora tu piel blanca y suave,
para deslizarla sobre mis dedos
y palpar el calor de tus cabellos.
Soy así,
un tonto a quien tú no quieres
por no sé qué razones
que no entiendo ni merezco.
Soy triste, soy alegre,
soy rico en sufrimientos
al no tenerte.
Espérame, aguárdame, compréndeme...ámame
para poder posar con la delicia del cuento
mis labios susurrantes
y decirte te quiero.
Eres linda como quien sabe cuántas cosas,
pero como ellas,
estás tan lejos de mí
como la estrella que brilla refulgente y silenciosa
y a mis ruegos es indiferente.
Te amo criatura
que miras con desdén
a quien te admira y te desea,
quien a pesar de los años
sigue enamorado de tus pasos, de tus risas
y de tu infinito desprecio.
Me odias, te fastidio, te molesto,
pero sé que en el fondo
allá dentro
está la luz de mi aliento.
Sé que quieres,
pero como la garza
tyemes mojar tus plumas de nácar
y no pueda secártelas el viento.
Me amarás aunque te niegues,
y llegará el momento
que diciéndome que pierdo tiempo miserablemente
dejáras que te abrace con pasión
!te lo prometo¡
Alí Hernández Abrahan
(Publicado en el poemario "Sentimientos Mozos" . Año 1998 ,de mi autoría. Editado por La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Yacambú)
