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sábado, 14 de febrero de 2009

Capítulo II : Lobsang Rampa....¿el culpable?


Por segunda vez escribo este capítulo, la verdad no sé si me saldrá igual al primero, desafortunadamente toqué una tecla que no era y borré aproximadamente 500 palabras en donde expresaba claramente mi experiencia juvenil en mis inicios esotéricos. Bueno dejémonos de lamentarnos, tal vez había algo allí que no debía publicar y algún "espíritu burlón " me obligó a cometer el error, aunque yo siempre he pensado que no existen las casualidades sino las causalidades.


¿Por qué Lobsang Rampa?... tal vez muchos de ustedes lo han leído o han escuchado su nombre alguna vez, para los finales de los años 60 y durante la década de los 70, Rampa surgió como uno de los escritores británicos con mayor venta de libros, algo parecido, pero guardando naturalmente las distancias literarias, con lo que pasa actualmente con el escritor Paulo Cohello, sus libros se difundían velozmente y el interés por el público occidental por la cultura tibetana crecía cada día. Bueno, yo descubrí a Rampa durante unas fastidiosas vacaciones de Agosto cuando vivíamos en Caracas, desafortunadamente mis tíos que siempre me invitaban, estaban de viaje al exterior y no tuve ninguna invitación especial para salir, en esas circunstancias y obligadamente me puse a buscar en que entretenerme. Así que jurungando por aquí y por todas las gavetas de la casa me encontré un libro que alguien debió dejar olvidado, por que de mi papá no era, el libro me llamó poderosamente la atención por su título: Mi vida con el Lama por Fifí Bigotes Grises. Al hojearlo me dí cuenta que no tenía muchas páginas por lo cual me animé a leerlo (Tenía 14 años aprox), recuerdo que la primera página me cautivó y no pude soltarlo hasta que lo terminé prácticamente de un tirón, me sorprendí a mi mismo por lo rápido y entretenido que fue su lectura.

La cuestión es que desde ese momento comencé a interesarme por las cuestiones esotéricas. En ese libro, Rampa utilizó una técnica narrativa que consistía en colocar a un gato siamés como narrador en primera persona, éste describía todo lo que su amo hacía, es decir, Lobsang Rampa, quien era,según él, un monje tibetano que había transmigrado su cuerpo astral al de un plomero inglés, viejo y enfermo del corazón, pero que tenía como misión enseñarle al mundo occidental la ciencia tibetana, la cuestión es que la gata siamesa, llamada Fifí Bigotes Grises, puede comunicarse telepáticamente con su amo por lo cual él decide contar todo lo que ella le comunica.



En este libro Rampa nos va sumergiendo en la vida cotidiana de la milenaria ciudad de Lasha capital del Tibet antes de la invasión por parte de la China comunista, describe con sencillez pero coloridamente los hábitos y costumbres de esa sociedad teocrática cuyo líder supremo es el Dalai Lama.
Apenas terminé el libro comencé a preguntar quién tenía libros de Rampa, casi sin perder tiempo los fui encontrando en las bibliotecas de mis tíos y amigos, así estuve "devorándolos" con avidez hasta los años 78 y 79, creo que me leí todas sus publicaciones, aún conservo alguno de ellos. Unos de sus libros más vendidos y comentados fueron el "Tercer Ojo" y "El Cordón de Plata" en donde describía con lujo de detalles todo lo concerniente al "cuerpo astral", y los viajes astrales, el registro askásico, levitación, aura humana etc., términos que comenzaban a popularizarse en occidente, ya que solo una élite las conocía y las practicaba. El mundo fue sacudido por la espiritualidad oriental y comenzaron a aparecer Gurués hindúes mayormente, que "vendían" la felicidad por medio de la práctica del yoga y la meditación trascendental.
Los Beatles hicieron un retiro hacia la India bajo la orientación de un Gurú de cuyo nombre no me acuerdo pero que sonaba algo así como Marahasjhi

Lo que quiero hacer ver, es que en esa época había un furor en la juventud por conocer más sobre la vida espiritual, la relación del Cosmos con el Ser, y los poderes ocultos de la mente humana.



Nunca me faltó público en las reuniones que me escucharan los relatos sobre aquellos libros fantásticos que ofrecían un nuevo conocimiento sobre las "cosas ocultas del universo.

No tardé mucho en comenzar a practicar lo que Rampa enseñaba cómo hacer con lujo de detalles; por ejemplo, la meditación para llegar un nivel "Alfa" fue mi primer paso en tan difícil arte, me llevó meses lograr poner la mente totalmente en blanco por un período moderadamente largo, luego comencé con el desdoblamiento, mi cuerpo físico de mi cuerpo astral, cosa que logré conscientemente sólo en un par de ocasiones, e inconscientemente en varias. Una vez me desperté y estaba a pocos metros sobre mi cuerpo, la sensación de verse uno mismo es demasiado extraña y me causó mucho temor, en otra ocasión me veía flotando por el techo de mi casa, allí si me parecía divertido por que no veía mi cuerpo físico sino el cordón de plata, que parecía un tubo de humo resplandeciente o algo así, la verdad es que no tengo palabras exactas para describirlo. Otro amigo mío y compadre también practicaba los viajes astrales, además de un tío que también lo practica desde hace muchos años. Más adelante, si él me lo permite les digo su nombre.
Barquisimeto es la ciudad en donde comienzo definitivamente a enseriarme en cuanto a investigar con espíritu científico el fenómeno paranormal, compré libros sobre la materia, me proporcionaron también mis amigos y mi tío revistas e informes de instituciones mundiales dedicadas a la investigación; realmente leí decenas de libros, buenos, malos y regulares. Hubo algunos como lo escritos por Erick Von Daniken, que incluso fueron llevados a interesantes documentales que pasaron en el cine.Otros que fueron vedados por la Iglesia Católica como los escritos por el padre Salvador Freixedo (El diabólico inconsciente).
Así poco a poco me iba formando una idea más clara sobre la relación Psiquis-fenómeno-tradición-mitos-leyendas-historia y ciencia.
Las historias y cuentos familiares comenzaban a engrosar el repertorio de hechos paranormales que los he oído no sé cuantas veces pero que los protagonistas relatan siempre con las mismas palabras y con los detalles que no dejan duda sobre la veracidad de la historia.
Una de ellas es la que cuentan mi esposa y su prima Alida cuando pequeñas jugaban en el jardín interior de la casa de una de ellas en donde había sembrado un árbol de limón, por allí pasaba un viejo cada cierto tiempo y les pedía que le regalaran algunos para llevar a su casa. Cuentan ellas que esa tarde el viejo se apareció y les pidió los limones , las dos fueron muy atentas y le llevaron al hombre varios y jugosos frutos, por lo cual les dio las gracias y las bendijo, al rato le comentaron a su mamá lo sucedido y la señora que les cocinaba, que bien conocía al viejo por pertenecer al mismo barrio que ella, les dijo embusteras a las dos porque el señor había muerto pocos días antes. Ellas insistieron y les mostraron donde habían arrancado los limones y adonde se había parado el viejo, que ellas conocían desde antes. Por supuesto el susto aún perdura en sus memorias. De este cuento no dudo su veracidad.
A mí personalmente me pasó una cosa bien extraña, cuando vivía en Caracas se murió mi tío Ricardo, hermano mayor de mi papá, a quien siempre le tuve un cariño especial, al igual que mis otros tíos, él, desafortunadamente murió joven de un infarto provocado por una neurisma en el corazón, el asunto es que no nos habíamos enterado porque a mi papá le había dado también un infarto y estaba grave, por lo cual evitaron darle la noticia en ese momento, creo que se la dieron un mes después cuando los médicos lo autorizaron, el asunto es que aún recuerdo que dos veces oí la voz de mi tío llamarme, y sabía que era él porque poseía un tono de voz ronco inconfundible. Lo dije pero nadie me paró.Cosas de muchacho, decían.
Esa experiencia fue una de las primeras, en cuanto a manifestaciones paranormales, luego sucedió otra que nos asustó y jamás volvimos a jugar la "quija", eso sucedió en casa de mi primo Álvaro a quien también le picaba la curiosidad la cuestión de los espíritus. Una noche nos reunimos Álvaro, Armando y yo (A.A.A) los tres queríamos hacer las cosas como debían ser, a media noche, con una vela y un ambiente aislado y silencioso. Álvaro buscó una pequeña copa de licor para que nos sirviera de marcador en la tabla que habíamos fabricado, los tres invocamos a un espíritu, creo que de Simón Bolívar, para hacerle preguntas sobre historia, muy serios los tres colocamos nuestros dedos índices de la mano derecha sobre la base de la copita de vidrio, y comenzamos a ver como la copa se movía de manera rápida deslizándose suavemente sobre la superficie indicando las letras para formar palabras sin equivocarse, mientras íbamos leyendo presurosos las palabras que nos emitía el susodicho nos dábamos cuenta que la cosa era verdad pues nos mirábamos asombrados como surgían las palabras, SOY UN AMIGO QUE LOS QUIERE LLEVAR A UN LUGAR ESPECIAL....¡¡¡¡ Los tres coreábamos las palabras y nos empezamos a asustar por la rapidez con la que se movía la copa, casi no podíamos sujetarla y se nos escapaba, en una de esas la copa salió disparada contra la pared y se reventó, el susto fue de espanto porque las caras de nosotros estaban pálidas como un papel, pero lo peor fue un olor a azufre que comenzó a llegarnos, por lo que decidimos abandonar rápidamente el lugar, pero eso sí, rezamos unos cuantos Padres Nuestros y unas cuantas Aves Marías para despedir al susodicho.
Luego, el tema de la quija se hizo popular con la película "El Exorcista", que por cierto cuando la vi, salí del cine con las piernas temblando. Y para colmo al día siguiente me despertó un temblor muy fuerte que movió mi cama como en la película. Nunca se me olvida.

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