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miércoles, 31 de octubre de 2018

La Magia de La Música ( Micro -Relato)

(EL LECTOR DEBERÁ OÍR LOS VIDEOS PARA ENTENDER MEJOR EL CUENTO)



"Este es un cuento o tal vez mi vida. Soy músico, compositor y un poco loco".  Así pensaba Raúl Ramírez, tenía ya 75 años. El Otoño era su estación favorita. En su silla de ruedas ya gastadas y con sus manos huesudas, rodaba hasta la vetusta ventana de madera rancia y noble, que enmarcaba el paisaje del bosque que siempre le inspiraba. Su amigo Alfonso, de su misma edad, escritor aficionado, siempre lo visitaba cuando su reloj marcaba la hora nona; los dos adultos, compartían sus vidas en la soledad de sus existencias  ermitañas.

Cansados de sus vidas, escuchaban la radio, o buscaban un disco long play de vinilo negro un poco rayado y lo colocaban en su toca disco para oír sus canciones favoritas, a veces la escuchaban una y otra vez mientras bebían ceremoniosamente un rico coñac español que parecía  nunca acabar.

-Raúl- exclamó Alfonso para lograr la atención de su entrañable amigo-  Pienso que cada vez que oímos está música nos rejuvenecemos, mi espíritu se traslada a esos años de adolescencia, recordando la época que disfrutaba, a pesar de los sinsabores que a veces teníamos, siempre nos parece maravilloso revivirlo. El otoño marcó mi vida.

 Ahora estamos en esa estación, de un color envolvente, cuando la brisa arrastra las hojas como la música nuestros recuerdos, vuelven a la tierra como la memoria, para nutrirla nuevamente. Dios nos dio memoria para que disfrutemos de nuestro pasado y no nos olvidemos de sus bendiciones presentes en nuestras vidas, sobre todo la longevidad que a veces nos parece letal pero que al final es la contemplación de nuestros actos, buenos y malos, cada uno con una canción que nos acompaña.







-"Así es mi querido Alfonso"-  le contestaba Raúl  entusiastamente - "A pesar de nuestra edad las canciones nos conservan jóvenes". - Hizo una pausa, tomo su copa y saboreó en su boca el perfume de su bebida preferida-

"Amigo mío"- continuó su idea- " la música tiene un poder mágico sobre las personas, el Hombre reacciona ante ella por que es un Ser espiritual, antes que padres fuimos hijos, nuestra vida es única, y nunca debe ser igual a la de nuestros hijos. Cada hijo será padre de su ejemplo, pero no podrá ser ejemplo de su padre.Contempla a nuestros hijos, ya mayores, casados, con sus familias, cada quien distinto, a pesar de repetirles nuestros consejos, cada quien hizo lo que tenía que hacer. Sólo ellos son responsables de sus vidas, como también lo fuimos nosotros.







Los dos amigos , se miraron fijamente por un momento y escuchando la canción, no lograron contener una traviesa lágrima rodara impertinente sobre sus mejillas. Ambos habían enviudado hacía años pero el amor hacia sus esposas era inviolable al tiempo, sus memorias recorrían cada momento feliz con aquellas mujeres que significaron la razón de vivir, más allá de sus amados hijos, esas mujeres que los amaron profundamente, un amor que nunca terminó y que cada día añoran, imposible repetirlo, eternamente inolvidable.

Terminaron de escuchar la canción, había tristeza, sus ojos perdidos en sus pensamientos, sus almas rendidas al sentimiento perdido, el amor ya no está en sus vidas, ni sus hijos ni sus nietos lo llenan, es otra clase de amor, el que nos duele distinto, el que recuerdan cada hora de sus vidas. 

Alfonso se acercó a Raúl con una caja de madera oscura, y abrió su tapa lentamente. Raúl observó su contenido, volteó su mirada a su amigo entrañable y asintió con su cabeza de manera decidida. Raúl tomó su contenido dándole a su compañero lo que le correspondía. Estaban comprometidos con ese acto, cada uno con lo suyo, volvieron a mirarse, esta vez complacidamente. Una sonrisa de resignación. Un suspiro de alivio. Raúl colocó la caja vacía en la mesita cercana a su silla y se dirigió a buscar la canción mágica que los induciría a sus sueños. Tomó la carátula del mismo, la limpió cuidadosamente, sacó el long play, lo sopló como acostumbraba para quitarle algún polvo rebelde y lo colocó pausadamente en el viejo toca disco.



Mientras oían la canción, sintieron algo misterioso en sus cuerpos, sus pensamientos se cruzaron, tenían miedo, el pulso incontenible se les aceleraba. Las notas de la canción fluían como lava de un volcán ardiente, fogoso. Sus voluntades ya estaban comprometidas. No había vuelta atrás, era el pacto que habían hecho. Tomaron las pistolas y las llevaron  a sus bocas. El último sonido de sus vidas, fue la de un disparo simultáneo que segó sus existencias para siempre. Aunque sea mágica, a veces, la música nos entristece.



ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

viernes, 12 de octubre de 2018

LA VIDA ES…!





La Vida es…Algo misterioso, que a pesar  de Ser, su existencia es para ver.
¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos?

La Vida es…Sabrosa, amarga, agridulce, salada, salpicada de amigos y aderezada de enemigos.
Sollozos, lágrimas y lamentos.

 La Vida es… Muerte, desolación, sufrimientos y agonías.
 Inconformidad, pobreza y enfermedad.

La Vida es… Envidia, orgullo, saciedad, egoísmo y maldad.

 La Vida es…Vibración, energía, amor y riquezas.
Bondad, altruismo, honestidad y bríos.

La Vida es… Sonrisas, risas  y carcajadas.

La Vida es para cada quien
Un camino finito con muchas experiencias.
Para algunos,  autopista de la suerte.
Para otros, camino rural lleno de piedras sin dolientes.

¿Para qué vivimos? Nos preguntamos.

¿Por qué morimos? Lo sabemos, es la Ley, naces y mueres
y volvimos a nacer en cada hijo, en cada nieto que lleva nuestra sangre.

La Vida se prolonga sin saber por qué.

Pero la Vida estará siempre, allí en ese Ser,
Que lleva tu sangre, es allí, donde los humanos se unen y se convierten en Uno sin querer.

La Vida es entonces la experiencia física de los sueños que quisimos tener.

La Vida es un poema, cuyos versos son altisonantes, la rima la pone Dios … Y el ritmo lo pone uno.

                     







                            ALI HERNÁNDEZ ABRAHAN

viernes, 5 de octubre de 2018

La Suma Cuántica MICRO-RELATO



“Utopía, 5.000 vidas pasadas”…Aunque ahora somos espíritus, seres de energía lumínica del Amor Supremo y la perfección es nuestro eterno vivir, escribo  con mi mente este sentir.



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Miles de vidas tuve que sufrir para aprender lo que era realmente la vida, en esta dimensión impensable tengo el privilegio de ver lo que fui, veo a los seres de carne y hueso que me sirvieron para tal fin.

Poco nos falta a los que vivimos aquí, llegar al último escalón de la existencia para integrarnos a la morada final, donde la nada no existe, donde la mente deja de pensar como un yo y se convierte en un “Uno” que nos funde con “el Origen del Todo”.

Hace 3.000 años terrestres, que apenas son unos segundos en esta dimensión, donde nos parece que hace solo un momento fuimos hombres y teníamos un cuerpo que nos permitía sentir sensaciones inalcanzables en el estado espiritual. Apenas unos minutos antes estuve casado mil veces, siempre con el deseo de entender lo opuesto a mi esencia, conocer al amor hacia otro espíritu, hasta no comprendía que la meta era integrarnos y ser “Uno” alguna vez, hasta el final, esta matemática del Universo cuántico en donde 1+1:1.

Sin esa fusión espiritual, no se logrará nunca avanzar, lo espiritual es indiferente al sexo genérico, se manifiesta, se manifiesta sin distinciones, no hay edad ni género, simplemente espíritu, el amor es el amor, la mayor fuerza cohesiva del Universo, todo lo mueve en busca de esta perfección.

Cada partícula que  compone el Universo está impregnada de la fuerza del amor. Todo fue creado desde siempre, el tiempo no existe, es solo una concepción del Hombre para explicar su incomprensión ante las maravillas y misterios que se le presentan. Todos los objetos creados tienen espíritu. Los planetas son seres con espíritu, viven de acuerdo a lo dispuesto por la Gran Ley del Amor.

El Universo se re-crea constantemente con las mismas partículas que mutan según las vibraciones que disponga ese Ser Supremo que todo lo mueve. “Soy el hijo de la tierra y el cielo estrellado pero mi verdadera raza es del cielo” frase de un antiguo texto de la sabiduría griega, o cuando Heráclito decía “Ni aún recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma, tan profunda y vasta es”. La conciencia es el núcleo espiritual del alma, Max Plank, físico cuántico la consideraba como algo fundamental de donde se deriva la materia, todo lo que existe lo postula la conciencia. “Pienso, luego existo” como dijo Descartes. En otras palabras la mente, lo que pensamos es la responsable de lo que vemos.

Y para terminar en mi reflexión sobre lo aprendido esas mil vidas recuerdo también lo que dijo el famoso neurofisiólogo Sir Jhon C. Eccles “Debemos reconocer que somos seres espirituales con almas que existen en un mundo espiritual, así como seres materiales con cuerpos y cerebros que existen en un mundo material”.

En esta existencia etérea, de este lugar llamado Utopía, donde somos amados y queridos de manera inmensurable, donde nos sentimos parte irremplazable del Todo, y a la vez inseparables, no hay miedo, no hay temores, somos parte del UNO, del Omnisciente, somos indudablemente dioses.

Esta carta es  testimonio de mi aprendizaje de ese viaje que estoy a punto de culminar, reencontrándome definitivamente con mi gran amor…!
¡Tiberio! – se oyó el grito autoritario que hizo eco en los refinados oídos del viejo escritor, interrumpiendo su trance meditabundo al terminar el último capítulo de su última novela.

Tiberio dejó su pluma sobre el amarillento cuaderno donde realizaba sus borradores con desánimo. Se levantó pausadamente, caminó algunos pasos tratando de pensar en lo que quería su esposa, contestándole con su ruidosa voz, alzándola a los decibeles adecuados para que su mujer lo oyera- ¿Qué quieres mi amor? – terminó de gritar en espera de la respuesta de su amada esposa.

-¡Vienes a la cama o me pongo a ver televisión! Contestó con voz ansiosa y agitada. El viejo escritor Tiberio Pérez,  asomó tímidamente su cabeza para atisbar la escena que lo esperaba, viendo a su mujer con rollos en la cabeza y unas máscara de color indefinido que le formaba la crema mágica que la embellecería algún día, cuando su problema óptico se agravara, y no pudiera apreciar en su espejo los surcos que poblaban sus mejillas que describían sus años bien vividos.

Tiberio, se escondió tras el marco de la puerta, sonrió con una mueca de satisfacción, mientras pensaba-“Cuánto me falta para aprender esa complicada matemática cuántica, UNO MÁS UNO ES IGUAL A UNO”



ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN