N° de visitas a este blog

viernes, 5 de octubre de 2018

La Suma Cuántica MICRO-RELATO



“Utopía, 5.000 vidas pasadas”…Aunque ahora somos espíritus, seres de energía lumínica del Amor Supremo y la perfección es nuestro eterno vivir, escribo  con mi mente este sentir.



.

Miles de vidas tuve que sufrir para aprender lo que era realmente la vida, en esta dimensión impensable tengo el privilegio de ver lo que fui, veo a los seres de carne y hueso que me sirvieron para tal fin.

Poco nos falta a los que vivimos aquí, llegar al último escalón de la existencia para integrarnos a la morada final, donde la nada no existe, donde la mente deja de pensar como un yo y se convierte en un “Uno” que nos funde con “el Origen del Todo”.

Hace 3.000 años terrestres, que apenas son unos segundos en esta dimensión, donde nos parece que hace solo un momento fuimos hombres y teníamos un cuerpo que nos permitía sentir sensaciones inalcanzables en el estado espiritual. Apenas unos minutos antes estuve casado mil veces, siempre con el deseo de entender lo opuesto a mi esencia, conocer al amor hacia otro espíritu, hasta no comprendía que la meta era integrarnos y ser “Uno” alguna vez, hasta el final, esta matemática del Universo cuántico en donde 1+1:1.

Sin esa fusión espiritual, no se logrará nunca avanzar, lo espiritual es indiferente al sexo genérico, se manifiesta, se manifiesta sin distinciones, no hay edad ni género, simplemente espíritu, el amor es el amor, la mayor fuerza cohesiva del Universo, todo lo mueve en busca de esta perfección.

Cada partícula que  compone el Universo está impregnada de la fuerza del amor. Todo fue creado desde siempre, el tiempo no existe, es solo una concepción del Hombre para explicar su incomprensión ante las maravillas y misterios que se le presentan. Todos los objetos creados tienen espíritu. Los planetas son seres con espíritu, viven de acuerdo a lo dispuesto por la Gran Ley del Amor.

El Universo se re-crea constantemente con las mismas partículas que mutan según las vibraciones que disponga ese Ser Supremo que todo lo mueve. “Soy el hijo de la tierra y el cielo estrellado pero mi verdadera raza es del cielo” frase de un antiguo texto de la sabiduría griega, o cuando Heráclito decía “Ni aún recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma, tan profunda y vasta es”. La conciencia es el núcleo espiritual del alma, Max Plank, físico cuántico la consideraba como algo fundamental de donde se deriva la materia, todo lo que existe lo postula la conciencia. “Pienso, luego existo” como dijo Descartes. En otras palabras la mente, lo que pensamos es la responsable de lo que vemos.

Y para terminar en mi reflexión sobre lo aprendido esas mil vidas recuerdo también lo que dijo el famoso neurofisiólogo Sir Jhon C. Eccles “Debemos reconocer que somos seres espirituales con almas que existen en un mundo espiritual, así como seres materiales con cuerpos y cerebros que existen en un mundo material”.

En esta existencia etérea, de este lugar llamado Utopía, donde somos amados y queridos de manera inmensurable, donde nos sentimos parte irremplazable del Todo, y a la vez inseparables, no hay miedo, no hay temores, somos parte del UNO, del Omnisciente, somos indudablemente dioses.

Esta carta es  testimonio de mi aprendizaje de ese viaje que estoy a punto de culminar, reencontrándome definitivamente con mi gran amor…!
¡Tiberio! – se oyó el grito autoritario que hizo eco en los refinados oídos del viejo escritor, interrumpiendo su trance meditabundo al terminar el último capítulo de su última novela.

Tiberio dejó su pluma sobre el amarillento cuaderno donde realizaba sus borradores con desánimo. Se levantó pausadamente, caminó algunos pasos tratando de pensar en lo que quería su esposa, contestándole con su ruidosa voz, alzándola a los decibeles adecuados para que su mujer lo oyera- ¿Qué quieres mi amor? – terminó de gritar en espera de la respuesta de su amada esposa.

-¡Vienes a la cama o me pongo a ver televisión! Contestó con voz ansiosa y agitada. El viejo escritor Tiberio Pérez,  asomó tímidamente su cabeza para atisbar la escena que lo esperaba, viendo a su mujer con rollos en la cabeza y unas máscara de color indefinido que le formaba la crema mágica que la embellecería algún día, cuando su problema óptico se agravara, y no pudiera apreciar en su espejo los surcos que poblaban sus mejillas que describían sus años bien vividos.

Tiberio, se escondió tras el marco de la puerta, sonrió con una mueca de satisfacción, mientras pensaba-“Cuánto me falta para aprender esa complicada matemática cuántica, UNO MÁS UNO ES IGUAL A UNO”



ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Estimado lector, tu comentario siempre es bien recibido. Las opiniones emanadas son importantes para quienes escribimos, además de resultar un aliciente para este trabajo que disfrutamos en ofrecerles. Gracias .