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sábado, 23 de febrero de 2013

PARTE 4: ! VER PARA CREER...!!!






-Raúl, !acaso me has visto cara de poceta¡, le dije un poco disgustado.-
 puesto que a estas alturas de la historia, el cuento me parecía demasiado fantástico para no dudar de él,
- Primo, lo que te cuento es lo que me dijo mi amigo, a ciencia cierta no sé si es verdad o invento, por eso estoy aquí, porque mi amigo insistió en que todo esto era real, de manera que tengo una duda razonable, y mi curiosidad es la que me ha movido a realizar este viaje. Si te parece fastidioso, dímelo y nos vamos a dormir de una vez. ¿Sigo?_ terminó con una mirada despreocupada y sincera.
-Está bien, creo que mereces mi atención. - Volví a encender  otro cigarrillo, lo aspiré saboreándolo intensamente y le indique con un gesto de aprobación que continuara.

El Sr. Diaz, permanecía desmayado; la impresión junto al susto terrible de la aparición fantasmal le causó una especie de shock, que al despertar lentamente lo alejaba de la realidad circundante.

-Mi  amor, mi amor !despierta¡ le gritaba asustada su mujer:- ¿Qué pasó mi vida?- le repetía insistentemente.
Su esposo comenzó a retomar la realidad y se dio cuenta de lo que le había acontecido, sintió un frío extraño entre sus piernas y al mirar sus pantalones se percató que se había orinado, inmediatamente su rostro se sonrojó avergonzado ante su familia, que lo miraba ansiosa por escucharle decir algo.



Mi amor...hijos...balbuceó temblorosamente, y con mirada aún desorbitada les dijo: !Hay que llamar a un  exorsista¡

! Un exorsista ¡ le replicó su familia al unísono-

- Sí- contestó convencido de que esa era la solución.

La esposa lo miró pensativa y buscó inconscientemente la aprobación de sus hijos a través de su mirada preocupada. Sus pequeños hijos la observaban con cara de "Yo no sé", el silencio fue roto inesperadamente por el sonido del timbre de la puerta que imitaba las notas musicales semejantes al "Cam -bur-Pin-Tón. de las cuerdas del cuatro criollo.

Ella vaciló un momento, no sabía si ir a abrir en ese momento, puesto que su marido apenas comenzaba a reaccionar, cuando la voz de su compadre Miguel la hizo salir de la indecisión y corrió hacia la entrada para darle paso a su compadre que se mostraba impaciente.

! Comadre¡ - la espetó- por qué tardó en abrirme, me pare aquí porque tenía necesidad urgente del baño y no llegaba a mi casa, con permiso !voy volando¡  
Cuando el compadre iba velozmente hacia el sanitario se paró en seco al ver a su compadre sentado en el suelo con las manos sujetando su cabeza, !Compadre¡ Qué me le pasó¡ -dijo en tono de asombro al mismo tiempo que dirigió su mirada hacia su comadre.
La esposa se acercó y abrazó a Miguel a la vez que rompió en un llanto nervioso y sus ahijados le cubrían con sus bracitos las las piernas de su padrino.

.! Compadre¡ estamos siendo invadidos por espíritus satánicos- le dijo entrecortadamente mientras contenía su llanto.-
-Siii padrino, son feos y espantosos- gritaron los niños.
-Es verdad Miguel, yo no lo creía hasta hoy que se me apareció uno horrible- dijo el Dr.Díaz. siguiendo su intervención- Aleta y Arturo son los que más los han visto, tanto así que ya no se asustan y se han acostumbrado a verlos, y Patricia también, el único que no los había visto era yo- hizo una pausa y prosiguió hasta hoy que me dí el susto de mi vida.

La familia Díaz le contó al compadre Miguel todos los detalles de las apariciones y le juraban a cada instante la veracidad de las mismas. Al terminar su historia el compadre les dijo: -Bueno Patricia, les creo, no tengo porque dudar de su historia, pero creo que debemos hacer algo al respecto, porque definitivamente esto no es normal.

Pasaron las semanas y las apariciones fantasmales y cosas insólitas siguieron ocurriendo en la casa de los Díaz, ya todos se habían acostumbrado a los mismos. Entre algunas de las cosas que hicieron fue invitar a un sacerdote amigo para que echara agua bendita por toda la casa y rezara oraciones para espantar los malos espíritus, pero tal acto no resultó en lo absoluto. Amigos íntimos de su confianza se fueron enterando de sus desgracias y cada quien daba recetas esotéricas para enfrentar la calamidad paranormal. Uno de ellos llamado Euclides los aconsejó buscarán un chamám guajiro que él conocía y que era muy famoso por los resultados positivos de sus conjuros. Al principio dudaron, puesto que eran muy católicos, pero en vista de que se cansaron de rezar y no veían los resultados decidieron contratar al tal chamán, de manera que resolviera de una vez por todas esa desagradable situación.

Euclides se movilizó y contactó al Gran Chamán de la Estrella Brillante como se hacia llamar. La cita fue fijada para los primeros días de Semana Santa, pues la fecha, según el mismo chamán era la más propicia para espantar malos espíritus. Todos ansiosos esperaban ese gran día.