Parece redundante pero realmente no es así, a veces comenzamos a contar nuestras mejores anécdotas a mitad de los acontecimientos de nuestras vidas y que deben ser contadas cuando otros relatos aparecerán y no podrían ser mejor explicados, puesto que el desorden cronológico impide inferir el porqué de los hechos....!Entendieron¡. POR ESO EL TÍTULO DE ESTE TEXTO.
Los venezolanos tenemos desde pequeños una relación telúrica con nuestra cultura mestiza que enriquece nuestros espíritus a través de diversas fuentes, a mí en particular, cuando era sólo un niño de 8 años aprox. me encantaba estar metido en la cocina de la casa, me entretenía ver a las cocineras y ayudantes a realizar de manera rutinaria la preparación de las diversas comidas, era casi un ritual, por supuesto, aquellas cocina de la época eran espaciosas y con suficiente ambiente para acoger a propios y extraños del oficio.
Yo pasaba desapercibido para aquellas mujeres oficiosas que parloteaban sin cesar, me acompañaba algún juguete, casi siempre una pistola, y simulaba entretenerme con ella. Me distraía al escuchar a esas mujeres de origen rural, campesino, que contaban sin detenerse los cuentos de espíritus y fantasmas que eran populares en sus pueblos; en esos ratos matutinos, comencé a enterarme de lo terrorífico que era nuestro campo, pues según lo que escuchaba había una malvada mujer que había matado a todos sus hijos y que por castigo, Dios la maldijo a vagar en las noches oscuras y tenebrosas , y para colmo no dejaba de llorar desconsoladamente pidiendo perdón por su atroz crimen, ahí, me levantaba de donde estaba para huir de semejante cuento, pero siempre alcanzaba a oir el nombre de la desgraciada fémina: "La LLorona".
A pesar de que esos cuentos de terror me impresionaban, en realidad lo que hacían eran aumentarme la curiosidad para saber si eso era verdad y yo podría, algún día verlos.
Cada tarde que se me ocurría ir a la cocina a escuchar a las mujeres, me llevaba en mi imaginación los rostros de los ínsolitos personajes, el largurucho y feo Silbón, el estúpido y cobarde cazador novato, el caballo relinchón y pare Ud. de contar. Mi fantasía de niño no dormía, !volaba¡.
Así pasaron los años y cada mujer nueva que llegaba a la casa iba dejando su huella folclórica en las paredes de nuestra singular cocina. Desde Barlovento, Curiepe, San Felipe y Barranquilla (Colombia) desfilaron periódicamente tan inusuales cocineras esotéricas, que despertaron en mí la avidez del conocimiento de los fenómenos paranormarles.
Esto por supuesto no hubiese pasado a mayores, pero los cuentos sobre esas "extrañas cosas" que sucedían en nuestros campos también llegaban a las casas de nuestros amiguitos y primos, y cuando me invitaban a dormir a sus hogares, en la noche no faltaba la sesión de cuentos tenebrosos, para que nuestros sueños fueran "más placenteros".
El repertorio fantasmal "engordaba" cada vez que asistía a esas "reuniones", Las benditas Ánimas del Purgatorio fueron una de las adquisiciones más complejas de aquel repertorio, porque según decían, al rezarles todas las noches ellas te protegían en agradecimiento, pero !ayayay ¡ si se te olvidaba hacerlo una noche, las susodichas comenzaban a "jalarte las patas" o a moverte cosas hasta que despertaras y les rezaras como ellas querían. La cuestión es que me hice "Fan" de las almas benditas para disfrutar de sus protecciones.
Hasta que un día en la casa de Prados del Este, dormía tranquilo en mi cuarto, pero cansado me había acostado sin el ritual de rezar mi oración para las almas benditas, ....y sucedió lo que para mí fue mi primera experiencia paranormal....sentí que alguien se sentó en la orilla de mi cama hundiendo el colchón ...me desperté sentándome para tratar de ver en la oscuridad quien era.... !sorpresa¡ no había nadie a la vista.. observé la cama muy atento, cuando sentí que el colchón se levantaba como si una persona se acabase de parar de la cama...inmediatamente recé...más por miedo que por acordarme que no le había rezado a las ánimas.
El fenómeno se repetió unas cuantas veces más, además acompañado de ruidos debajo de la cama como si me estiraran los resortes del jergón. Hice un pacto con ellas y jamás volví a sentir los ruidos ni nadie más se sentó en mi cama.
A continuación les muestro un video que me enviaron por e-mail sobre unos supuestos OVNIS. El mismo muestra una nave que pasa muy cerca y se le observa toda la parte inferior llena de luces, algo muy parecido, me atrevería decir que casi igual llegué a ver a través de la ventana de mi recibo en mi apartamento en Cabudare hace aproximadamente 18 años,durante un apagón general que afectó también a Barquisimeto.
Pero eso es una anécdota que debe ser contada a su debido capítulo.