“¿Cómo
te parece?” – Le preguntó en tono grave a su par. “No sé” – contestó
dudoso.-“Creo que nos traerá problemas”. “¿Por qué?” – Le preguntó intrigado el
menor de los tres, pero tan importante como ellos. “Me parece que darle plena
libertad es un error muy grande, sé que nos arrepentiremos”. “Tal vez” contestó
el mayor de los tres de manera sentenciosa. “Pero es nuestro desafío” terminó
la frase de manera meditabunda, prosiguiendo la oración sin detenerse. “Sin él
no tendremos de qué ocuparnos”. “Sí” – dijo el preferido del mayor. “Sé que me
costará grandes sacrificios mantenerlo, inclusive la muerte” dijo triste y
decidido. El menor intervino. “Se pasará la vida preguntándose por qué lo
hicimos”. “Jamás sabrá que fue por pura diversión” culminó con una sonrisa
perfectamente adecuada a la ocasión. Se pararon y los tres exclamaron
vigorosamente “Bienvenido Adán”
ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN
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