Llegó de improviso. Notó que no era el lugar que
esperaba. Se sintió mal. Un miedo incontenible recorrió su espalda. Caminó cauteloso
entre la gente. A pesar de ser de otra parte no notaban su presencia. Miraba
todo a su alrededor. No se acostumbraba a los olores, ni a los colores, el
ruido insoportable le trituraba sus oídos. Les parecía odiosos. Su insólita
pequeñez no lo amilanaba.
Decidió matarlos a todos. Su fin estaba plenamente
justificado. Esta gente no debía prosperar contaminando el universo. Aprovechó
un soplo de brisa y como virus mutante extraterrestre, acabó con ellos
instantáneamente.
ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN
ALÍ HERNÁNDEZ ABRAHAN
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